Los Palancares/Las Torcas & Serranía Media: Valdemoro, Beamud, Uña y Villalba

Vuelta circular de carácter moderado-alto que se adentra, en primer lugar, en la Sierra de Los Palancares o Monumento Natural de los Palancares y Tierra Muerta, para después hacer lo propio en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca y recorrer buena parte de su Serranía Media.

La ruta carece de grandes ascensiones en cuanto a la entidad de los puertos, pero para nada está exenta de dureza. Por una parte, cuenta con más de +1300 metros de desnivel acumulado, lo que supera ligeramente esa proporción mía en carretera del 1% y que ya me hace saber de antemano que no va a ser un coser y cantar, vamos, que no espere medias de 28 kms/h. Y, por otra, estamos hablando de una ruta por encima de los 120 kilómetros. Así que, con estos datos, y a nivel de aficionado/bloguero globero como es mi caso, lo más probable es que se ronden las 5 horas encima de la bicicleta.

Se deberán superar las siguientes tachuelas:

• Las Torcas. 7,1 kilómetros al 3,6%.
• Beamud por Valdemoro. 10,7 kilómetros al 2,7%.
• Collado del Asnillo por Uña. 5 kilómetros al 3,6%.
• Collado de Embid por el chantre. 3,7 kilómetros al 3,2%.

Cuenca, Los Palancares / Las Torcas, Valdemoro de la Sierra, Beamud, Embalse de La Toba, Uña, Villalba de la Sierra, Cuenca

Reconozco que no era exactamente la idea con la que partía de casa. Esperaba un día largo y duro, pero ya sabéis: uno propone y otros -en este caso, mis piernas- disponen. Las sensaciones musculares no fueron las ideales, así que tiré de escapatorias, o más bien de atajos, para recortar kilómetros y dureza a la etapa.

Cuenca (km. 0). Apenas eran las 06:50 am y ya me encontraba abriendo la puerta de casa. Encendí el GPS y, en cuanto éste recibió la señal de los satélites, puse rumbo a la N-320, tomando en seguida el desvío a la N-420 y dirigiéndome así hacia el pueblo de Mohorte.

La Melgosa (km. 6,5).

Mohorte (km. 9,5).

Primeros kilómetros sencillos en los que se puede rodar con facilidad y agilidad.

Desvío Los Palancares (km. 10,9). Al poco de dejar atrás el cruce o desvío hacia el pueblo de Mohorte, se encuentra este panel indicativo (foto de archivo). Cabe decir que tanto si se toma el desvío hacia Las Torcas como si se continúa recto en dirección a Fuentes y Cañada del Hoyo, el destino será el mismo: las Lagunas de Cañada del Hoyo. El trazado final queda a vuestra elección.

Altimetría Las Torcas
-gracias a Alberto Mora-

Una vez se toma el desvío, y más concretamente a la altura de la fábrica de maderas, se podrá apreciar cómo el terreno empieza a ganar en altura. Sin embargo, quizás el punto en el que uno tiene esa sensación de estar ascendiendo de verdad un puerto es justo al cruzar ese puentecito de vallas amarillas que se ve al fondo de la imagen y que cruza las viejas vías del tren. 

Se trata de una subida "fácil" en estos primeros metros los cuales pude acometer con el plato grande. 

Así, de paso, me quitaba el fresquete de estas primeras horas porque, ojo al dato, llegué a ver 6ºC en el ciclocomputador. Porque sí, Cuenca y su entorno al amanecer son una auténtica gloria bendita para esos días en los que va a apretar el calor.

Superados los dos primeros kilómetros y medio de ascensión llega una zona de ligero descanso.

Tras la cual uno se adentra en el paraje de los Palancares y Tierra Muerta.

Escasos metros después del anterior cartel, a la altura de la Fuente del Royo, se inicia el tramo más duro de este puerto que he catalogado como tercera categoría, pero que bien podría ser un segunda.

Si la fuente marcaba el inicio de este duro tramo, el campamento La Hispanidad o Los Palancares supondrá el fin del mismo.

Pero no se debe cantar victoria, el terreno aún seguirá tendiendo hacia arriba, pero ya muy suavemente, en torno al 2-3%.

Las Torcas (km. 19,8). La cima del puerto llega a la altura de este desvío. Así, la ascensión a Las Torcas consta de 7,1 kilómetros al 3,6%. Se debe continuar hacia la derecha en dirección al propio monumento natural de Las Torcas.

¡Madre mía! Cómo está todo de verde. Esta zona de Los Palancares la verdad que se suele caracterizar por ser un paisaje más bien rocoso, vamos, es que de hecho se trata de un conjunto cárstico de alto valor en el que se pueden encontrar diferentes formaciones geológicas como son las propias torcas, dolinas, simas, sumideros, etc.

Aunque también es verdad que en bicicleta de carretera todas esas formaciones apenas se pueden apreciar. Se pasa junto a un par de torcas, por lo que podremos detenernos y admirarlas, pero sí se desea apreciar su valor real recomiendo la ruta a pie, o incluso en bici de montaña, aunque luego haya algunos que se atrevan con 'la que no debe ser nombrada' -amigo, pertréchate de parches y carga bien de líquido tubeless 😉-.

Tras un pronunciado descenso de unos dos kilómetros se alcanza este cruce. Será el mismo cruce al que llegaríamos en caso de haber optado por ir hacia Fuentes en la primera intersección del día. Por si quisierais conocer más en detalle cómo sería esta alternativa, os dejo esta otra anterior crónica mía: Lagunas de Cañada del Hoyo, La Cierva y Las Torcas de Los Palancares.

El descenso se prolongará por otros tantos kilómetros.

Lagunas Cañada del Hoyo (km. 33). Como a mitad de esta segunda parte, se encuentran las Lagunas de Cañada del Hoyo. Y como ya ocurrió en Las Torcas, con flaca se hace harto complicado el poder visitarlas. Si ya su zona de aparcamiento es de tierra, el camino o senda que las recorre... Bueno, siempre nos queda el desmontar y visitar rápidamente la primera de ellas: Laguna de la Gitana (foto de archivo).

Por otra parte, sigo ensimismado en mi mundo y pensamientos. Han sido unos días ajetreados en el terreno profesional, pero eso nunca es impedimento para continuar disfrutando del paisaje y de nuestro hobby. ¡Pero qué bonito está todo!

Finalizado el descenso el entorno se abre y disfrutaremos de la planicie. Por cierto, desde estos momentos y hasta prácticamente Beamud se empieza a remontar el curso del río Guadazaón. Éste se encuentra a nuestro margen derecho, pero en la lejanía, lo que ahora mismo imposibilita su visión, pero tranquilos que más adelante bien que lo disfrutaremos😍 y bien también que lo sufriremos😖.

Intersección La Cierva-Valdemoro (km. 39). Hoy toca continuar recto. El desvío hacia la izquierda nos llevaría a La Cierva -recordad Lagunas de Cañada del Hoyo, La Cierva y Las Torcas de Los Palancares 😉😉-.

Poco a poco la planicie se acaba y se observa en el horizonte el cambio de entorno que viene.

Se puede decir que empezamos a adentrarnos en el Parque Natural de la Serranía de Cuenca.

El terreno, por lo tanto, vuelve a tender hacia arriba con algún repechón que otro.

Pero para nuestra suerte y disfrute, el río Guadazaón gana en presencia al transcurrir pegado a la carretera.

Kilómetros, que como decía antes, harán que disfrutemos de él y de su entorno. Y, de nuevo, de una temperatura baja.

Pero...😖 En lo personal, aquí es donde empezaron a aparecer las molestias en la ingle izquierda y por las cuales acabaría acortando la etapa. Y oye, bendita suerte que fue aquí y no un poco más adelante, pues hubiera sido un punto de no retorno y a saber cómo hubiera acabado el día😅.

Río Guadazaón, a la derecha de la imagen, no esperéis un gran río, sino más bien un arroyo.

Verde que te quiero verde.

Kilómetros finales de aproximación al primer núcleo de población por el que callejearemos, eso sí, brevemente.

Valdemoro de la Sierra (km. 51). Pueblo de mi buen amigo Perico👋🏻🫂. Por cierto, como kilómetro y medio antes de llegar a esta localidad se encuentra el desvío hacia La Balsa. Un buen punto para refrescarse durante el estío.

Si observáis el track detenidamente, veréis mi pequeña incursión en el centro del pueblo. Tras una breve parada junto a la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, decidí no continuar con la idea que llevaba en la cabeza, es decir, continuar hacia Huerta del Marquesado, Valdemeca y Tragacete. Las molestias en la ingle me hacían sentir incómodo sobre la bici y, curiosamente, más en el llano que en las subidas. Así que, eché para atrás y tomé el desvío en dirección a Beamud por la pista que se ve en la imagen.

Pista que en seguida encontraría rota en numerosos puntos🧐.

Pista que empezaba a consistir, además, de pequeños tramos de sterrato🤨.

Sterrato al que se le empezarían a sumar algunas rampas😡.

Y a los que poco a poco se les sumaban metros, por no decir cientos de metros🤬.

Aunque, de vez en cuando, volvían los tramos de "asfalto"...

...y de belleza.

Hasta que no, no podía dar crédito a lo que veían mis ojos😂, pero sí, iba a tocar cruzar el ¿río Guadazaón? o... bueno, no tengo tan claro que fuera este, sino alguno de los numerosos arroyos que discurren por la zona y acaban confluyendo en el río. Por suerte, el hormigón que vadeaba el río parecía estar en perfectas condiciones así que pasé de desmontar y tiré para adelante montado sobre la flaca.

Tras cruzar el río quizás hiciera acto de presencia la rampa más dura y los metros de pista en peor estado, pero luego, como veis, vuelven los tramos de buen sterrato.

Y de no tan bueno. No cabía confiarse y siempre había que ir ojo avizor, tratando de minimizar riesgos, pues entre socavones, piedras, grava o gravilla, surcos, cacas de animales varios y demás porquería o restos del ser humano, aquello parecía una yincana.

Por suerte, ese ritmo de circulación más lento minimizaba las molestias y no iban a más. Por contra, y para mi desgracia, aquello era una tortura mental. Sólo me faltaba pinchar -espóiler, no pasó- para maldecir el día y aquel tramo en concreto.

Metros finales de la ascensión. No podía creérmelo. Tras poco más de 37 interminables minutos iba a llegar a la cima 😅.

Alto de Beamud por Valdemoro (km. 62,4). En este punto de no sabría ya ni cómo calificarlo, dejémoslo en pista forestal, concluye el segundo "puerto" del día. El calificativo de puerto se lo doy más por esa tortura mental que antes comentaba que por los números de la propia ascensión: 10,7 kilómetros al 2,7% de pendiente media. Ojo, saqué una media durante este tramo de 17km/h 🐢.

Beamud (km. 63,6). Si tortuoso fue el ascenso, qué decir del descenso hasta esta otra pequeña localidad. Nada, no volverán a verme llegar a él por este tramo salvo que lo asfalten en condiciones. Por cierto, pueblo de otro buen amigo, Espi👋🏻🫂.

Iglesia de Santiago Apóstol

Por suerte, todo cambia en cuanto se sale de Beamud. Una carretera en perfectísimas condiciones facilitará el prolongado descenso, en torno a unos 5 kilómetros, hasta alcanzar el cruce con la CM-2105.

Descenso, de todas formas, fácil por la zona de El Enebrillo. Sólo existen dos curvas de herradura a la altura de la Peña del Castellar que nos harán aminorar la marcha, aunque en mi caso, que me iba dejando caer, apenas con asegurarse que no vienen coches y trazarla sabiamente, fue suficiente.

Poco antes de concluir el descenso, al poco de dejar atrás el área recreativa Molino de Juan Romero, la carretera cruza con el río Júcar. El puente sobre él no ofrece las mejores vistas, pero siempre merece la pena detenerse unos segundos y disfrutar de los últimos momentos de soledad, pues en cuanto se empiece a circular por la CM-2105 la cosa cambiará. No será para nada un tráfico terrible, pero acostumbrados a ir solos hasta aquí...

Nos incorporamos ya sí a la CM-2015 y este panel informativo será un buen indicativo de nuestros próximos pasos/kilómetros. No la abandonaremos hasta prácticamente el final del día, justo cuando se inicie la última subida al Collado de Embid. 

Da igual por donde vayas que, me repito una vez más, está todo de un bonito!!!

El entorno poco a poco se irá abriendo y empezaremos a divisar en el horizonte los puntales y cortados de Uña.

Mirador Embalse de La Toba (km. 77,4). Pero antes de llegar a dicha localidad, toca parada en este mirador. Ojo con su acceso, pues juraría que hay raya contínua 🙈.

Por cierto, antes de este mirador se encuentra el desvío hacia Las Majadas e inicio al alto Peña del Acebo. Desvío por el que tendría que haber descendido de haber proseguido con la idea que partí hoy 😕.

Pero olvidémonos de lo que pudo pasar, de los "y si" y volvamos con lo que sí ocurrió. Llega el momento kit-kat. Momento de pararse, sentarse en el murete, disfrutar de las vistas y avituallarse tranquilamente. En mi caso, también aprovecharía para estirar un poco las piernas: aductores, cuádriceps, gemelos, etc.

Uña (km. 83,4). La carretera principal continúa de frente, pero depende de las necesidades que tengamos podremos adentrarnos en el pueblo o no. Existen diversos puntos en el que reponer líquidos y descansar si no lo hemos hecho en el anterior mirador. Este primer desvío o entrada al pueblo nos lleva a la pista de baloncesto y/o fútbol sala junto a la cual existe una pequeña fuente. En caso de estar cortada, si callejeamos en línea recta, deberíamos toparnos con otra en la plaza de la Constitución, una vez pasado el ayuntamiento. Y si no, siempre queda otra en el pequeño aparcamiento que hay a la salida del pueblo. Aparcamiento o zona de la cual parte la famosa ruta de senderismo de El Escalerón y La Raya.

Volviendo con la ruta, en cuanto se sale del pueblo de Uña, se atraviesa de nuevo el río Júcar, momento en el que empezará la tercera ascensión del día: Collado del Asnillo.

Altimetría Collado del Asnillo
-gracias a Alberto Mora-

Se trata de una ascensión, en líneas generales, sencilla, salvo por esas rampas al 10%. Buen asfalto y buen arcén por lo que ni nos molestaran ni molestaremos durante la subida.

Collado del Asnillo (km. 89,2). La ascensión finaliza poco antes de llegar al desvío a la Ciudad Encantada. Consta así de unos 5 kilómetros al 3,6% de pendiente media. Y volviendo con los "y sí", si hubiera ido todo según lo planificado, hubiera sido la idea para regresar finalmente a Cuenca.

Villalba de la Sierra (km. 97,7). Un revirado, algo técnico y fuerte descenso, pese a una parte intermedia más bien llana, de unos 6,5 kilómetros de longitud nos dejará en las inmediaciones de este último pueblo antes de regresar a Cuenca. Ojo, además, con el tráfico. El arcén es más bien inexistente y en mitad del descenso se haya el mirador del Ventano del Diablo, punto turístico y en el que los vehículos a motor campan a sus anchas.

Salimos del pueblo de Villalba continuando por la CM-2015. Comienza el tramo de "ruta ciclista" por el que se alerta a los vehículos de nuestra habitual presencia en los meses de verano -y debería ser de todo el año- y por ende se reduce el límite de velocidad, pasando de 90 a 80 kms/h, aunque dista mucho de la realidad. Al menos, en un par de curvas cerradas han colocado una señal que alerta de la presencia ciclista en caso de estar iluminadas. Quizás esto sí pueda provocar que los coches disminuyan la velocidad, pensando en toparse con nuestra presencia y la imposibilidad de realizar adelantamientos.

Tras unos ~11 kilómetros de terreno mayoritariamente favorable, alcanzaremos el chantre o cruce de nuevo con el río Júcar. Momento a partir del cual el terreno comenzará a elevarse. Y como mil metros después, desde el cruce con la vieja carretera que recorre la Hoz del Júcar, se inicia la ascensión al Collado de Embid.

Collado de Embid (km. 113,2). 3,7 kilómetros al 3,2% de pendiente media. Kilómetros muy tendidos y constantes que hago con el plato metido y pese a las molestias en la pierna.

Cuenca (km. 121,6). Sin buscar mayores complicaciones que las de tener que detenerme y arrancar en los semáforos, tiro lo más recto posible a casa.

Regreso a ésta como siempre, con una sonrisa en la cara. Unas simples molestias y un "eterno" tramo de sterrato, o de algo más, no van a quitarme el buen sabor de un fantástico día sobre la bicicleta y de unos paisajes maravillosos. Lo dicho: ¡¡¡Pero qué bonito que está todo!!!

En total 121,6 kms en 4h 51' (tiempo total 5h 3') con una velocidad media de 25,1 km/h y un desnivel positivo acumulado de +1303m., valores que le otorga un coeficiente IBP de 106 RDB.

Y lo último, el track: