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Semana Santa conquense en MTB

San Julián el Tranquilo
En esta ocasión, no va a ser una de mis entradas habituales, plagada de fotografías y todo lujo de detalles sobre el recorrido, sino que voy a relatar brevemente mi paso por tierras conquenses durante esta Semana Santa.

Martes Santo - Taller.

Día de mantenimiento de la rígida. En Madrid me es imposible acometer las tareas más laboriosas, así que suelo aprovechar estas “largas” estancias en Cuenca para meterle mano a fondo. La tarde cundió, y me dio tiempo a:
  1. Dirección. Para llevar más de un año sin abrirla, no estaba nada mal. Aun así, desengrasé todo y le di una nueva mano de grasa.
  2. Cambio del neumático trasero. Qué cantidad de porquería tenía acumulada en su interio y la de pegotes que había dejado el líquido tubeless 😖. Reconozco que me da muchísima pereza lidiar con él por lo que se enguarrina todo, así que pocas veces desmonto la rueda para adecentarla.
    Sobre el material, tampoco soy de muchas probaturas y suelo repetir con lo que me ha funcionado. Así que, si antes llevaba un Maxxis Rekon Race en 2,25… blanco y en botella. En su día lo probé en 2,4 y sí, bajaba más seguro —mis mejores tiempos en descensos “complicados” son de entonces—, pero al rodar tenía la sensación de que la bici no avanzaba igual. Y como uno no es un fanático/loco de los descensos… prefiero rodar más “fácil” (que no rápido 😅)..
    Por cierto, aproveché para cambiar también el mousse. Sólo llevo en dicha rueda y aquí soy usuario del Vittoria Air-Liner, en esta ocasión, en su versión light.
  3. Visto lo visto en la rueda trasera, aproveché para desmontar y revisar el interior de la delantera. Nada, aquí sin suciedad ni pegotes, únicamente la válvula se encontraba algo atorada.
  4. Por último, y una vez ya metido en faena, repasé los puntos habituales de mi checklist: transmisión y frenos. No hubo que cambiar nada, aunque va tocando un buen purgado de ambos frenos.

Miércoles Santo - Cerro de San Cristóbal.

Había que probar que todo estuviera en orden, así que opté por rodar un poco antes de entrar en faena. Más que nada para asegurarme que los neumáticos habían talonado correctamente.

Salí de casa en dirección al Recreo Peral y, desde allí, a la fuente de Martín Alaja junto al río Júcar. Poco después, subida por pista al Cerro de San Cristóbal (segmento Antenas climb). La ascensión se encontraba en bastante buen estado, salvo aproximadamente los últimos 500 metros, a pesar de las lluvias de los últimos días.

La idea que llevaba era sencilla: tirarme por una primera senda más fácilona, La del perro larga, y luego, tras nueva ascensión por el mismo sitio, por otra más complicada: Senda del tanque. Que na, aquí dos puntos complicados y no soy capaz de atacarlos. Primero la entrada y luego el rock garden tras un giro de 180º a izquierdas. Por contra, la primera de las sendas sí fui capaz de superarla al 100% sobre la bicicleta.

Ruta en Strava:

Jueves Santo - Casasola.

No hay viaje que vaya a Cuenca con la gorda y no opte por visitar esta zona en salidas de escaso tiempo.

Ruta de características muy similares a las del día anterior, subidas por pista y bajadas por sendas más o menos técnicas. En esta ocasión y en progresión de dificultad:
  • La Flow de Casasola. De las más sencillas de la zona. Sólo hay un punto complicado y si yo me atrevo... no lo será tanto😜.
  • San McLeod. Requiere de algo más de pericia que la anterior, pero nada desorbitado. Yendo con la vista alejada de la rueda, las trazadas facilitan la cosa🥳.
  • Lacarrasca. Otra que su rock garden se me atraganta. Quizás por ir sólo. Quizás porque ya voy con el runrún en la cabeza de poder salir por orejas o de que algo toque con una roca y termine ladera abajo —que eso sería lo de menos😅—. O por una mezcla de todo.
  • San Lesmes 2. Bueno, ésta es que sí que veo imposible hacerla yo montado al 100%, pero suelo atacarla porque en su mayoría es de flow y, de paso, salgo por un punto diferente, San Julián el Tranquilo, al que accedí.
Si queréis más detalle de las mismas y/o fotos podéis ver mi anterior entrada Senderos de Casasola, San Julián, El Castillo, Cerro del Socorro y Sierra de la Pila.

Ruta en Strava:
 

Viernes Santo - Sierra de la Pila.

Tercer día consecutivo que, ante las malas previsiones para el día siguiente, decidí afrontar. ¡Hereje! Un conquense saliendo el día de Turbas con la bici 🙈. Bueno, no fui el único😂.

Aquí, la diferencia respecto a los días anteriores la iba a marcar la subida de salida por el Vallejo de la Zorra. Difícil subida por sendero. Raíces, piedras —muchas piedras— y una fuerte inclinación la convierten en una dura ascensión.

A continuación, circulando por lo alto de la Sierra de la Pila, me encaminé a una de las múltiples bajadas técnicas de la zona: Depósitos de Palomera. No esperéis tampoco que la supere alguna vez montado al 100% 😆.

De allí, pasando por el pueblo de Palomera, vuelta a ascender por Las Culebrillas. Para, a través de la pista que recorre la parte alta de la Sierra de la Pila, ir en busca de la carretera que lleva a lo alto del Cerro del Socorro, o lo que viene siendo lo mismo, al monumento al Sagrado Corazón Jesús. Aunque en esta ocasión, no lo visitaría y retornaría por la carretera en dirección a Cuenca hasta tomar el desvío e inicio de la senda de la Cueva de la Zarza. Senda sencilla por lo general, pero con algún punto picante.

Como se me hacía corta la ruta y era temprano para regresar a casa, decidí ascender desde la Puerta de Valencia hacia el barrio de los Tiradores por sus callejuelas. Se trata de una breve, pero dura ascensión. Allí, en lo alto prácticamente de dicho barrio, abandoné el asfalto para, circulando por sendas, ir recorriendo esta loma o vertiente de la Sierra de la Pila hasta que me jarté y decidí tirarme por La Tiná de Hoya Román.

Ruta en Strava:

Ya no hubo opción para más salidas, pues el mal tiempo, efectivamente, regresó.

Tres grandes días de MTB. Tres días de MTB diferente al que suelo hacer en Madrid. Basta con mirar los desniveles acumulados para el número de kilómetros recorridos y la velocidad media obtenida. La verdad es que Cuenca es un auténtico gusto para la bicicleta de montaña. La ciudad está rodeada de buenos cerros que ofrecen un disfrute variado y más que interesante. Ya veis: tres días y tres zonas diferentes por las que circulé, y todas al lado de casa. Y aún quedaron otras por recorrer, como la Sierra del Bosque —a.k.a. del Telégrafo— u otras algo más alejadas, como la del Cerro del Portugués, pero que desde Casasola se enlaza fácilmente.

En definitiva, Cuenca y su Semana Santa, un placer.

PD: Por desgracia no he redimido mis pecados y continuaré con mi penitencia particular: los descensos técnicos.